Tras una jornada de reuniones y nuevos cortocircuitos, la dirigencia xeneize llegó a un acuerdo con el jugador por el tema impositivo que impedía la firma del nuevo contrato; el nuevo vínculo del N°10 será por cuatro años y los impuestos serán pagados entre ambas partes
Después de una jornada de reuniones y nuevos cortocircuitos, Riquelme finalmente arregló con los dirigentes xeneizes, que no lograron unanimidad para definir la durabilidad del vínculo de Román.
¿Cuáles eran las trabas que frenaron la negociación? Un tema impositivo y la durabilidad del vínculo. Riquelme deseaba que el club se haga cargo de los gastos impositivos que exige la AFIP. En la Ribera, decían, entre versiones aproximadas, que si Boca cargaba con esos gastos la cifra definitva del pase alcanzaría los 8 millones de dólares, tres más de lo que finalmente se iba a cerrar. También había surgido un cuestionamiento por los años de contraro del jugador. Boca quería renovarle por dos temporadas, pero el jugador por cuatro, como se hizo.
Los durabilidad del vínculo, el sueldo de Riquelme y el precio en que se fijó el dolar ($5,80) para el último de los cuatro años de contrato fueron los tres ítems que distanciaron las posiciones en el corazón de la comisión directiva xeneize, que quedó al borde de la ruptura.
La novela de Riquelme llegóa su fin. Después habrá que ver el costo político y deportivo que generó tantas idas y vueltas. Claudio Borghi espera al N°10. Los hinchas de Boca, también.
Fuente: Canchallena